Inspección de normas urbanas para Cali

El crecimiento de Cali en las últimas décadas ha sido desorganizado. La necesidad de soluciones económicas ha hecho que muchos establecimientos comerciales sean creados sin cumplir las normas urbanísticas. El primer Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que tuvo la ciudad fue creado en el año 2000. Fue muy tarde para evitar problemas en la convivencia.

Los excesos de ruido, el comercio en zonas no definidas y las situaciones de desorden han llevado a una lucha entre comerciantes y residentes. Aquí se generan traumatismos a los barrios y no hay ganadores. La alternativa sería remover el comercio, y es contraproducente. Imaginen la vida de barrios como Granada, El Peñón o San Antonio sin estas actividades.

Es complicado hacer cumplir la norma urbanística establecida para Cali, en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de 2014 y en la Ley 1801 de 2016, con los requisitos para las actividades comerciales. La autoridad en esta materia son los Inspectores de Policía. Aunque deberían estar atentos a estas violaciones, su volumen de trabajo es significativo, dependiendo de la comuna.

Creo que podemos fortalecer las inspecciones, creando una entidad dedicada a monitorear la norma urbanística. Podríamos lograr un progreso significativo, entendiendo que el cumplimiento del POT lleva a prevenir los comportamientos contrarios a la convivencia.

Hay ejemplos exitosos a nivel nacional e internacional. La Comunidad de Madrid cuenta con un programa llamado inspecciones urbanísticas, a cargo de los ayuntamientos, que monitorea regularmente las construcciones antiguas y recientes. Y los ciudadanos pueden formular denuncias. Un ejemplo más cercano es Barranquilla. La Alcaldía, a través de las Inspecciones de Policía y la Secretaría de Seguridad, vigilan y controlan las obras de acuerdo con el POT. Es un programa exitoso que ha llevado a la ejecución de obras con mucha seguridad.

Es preciso establecer un organismo dedicado al cumplimiento de la norma urbanística de Cali, que monitoree actividades comerciales y su debido proceso, y que evite prácticas donde haya extorsiones por no cumplir o no sancionar.

Este será solo un pasa para un nuevo reto: plantear el nuevo POT, que considere estas dinámicas sufridas por algunas zonas de Cali. Tenemos que evitar el conflicto entre residentes y comerciantes, y a la vez generar una visión positiva y a futuro para la ciudad, respetando normas claras para la convivencia. Mientras tanto, está en la conciencia de cada caleño hacer lo que es debido.

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